Cafe-Consultorio Jurídico
Edárpicas y Edárpicos, Argentinas y Argentinos, lo prometido es deuda. Aquí les mando una reseñita del Consultorio. Como siempre, acepto todo tipo de comentarios, y estoy abierta a las más inimaginables modificaciones.
En la cálida tarde de noviembre de un sábado o un domingo cualquiera, a través de la vidriera se aprecia una acogedora formación de mesitas con manteles de tela de pintorcito. Música cálida, y un cartel que invita a tomar un café y tener una charla amena con una desconocida.
Montecastro está taciturno, y el pasaje Río Colorado anhela tener más de tres peatones por hora. Desde el interior, cada vez que se escuchan pasos por la vereda nace una mezcla de emoción y nervios, esperando el ingreso de un consultante y la oportunidad de poder darle una mano. A lo largo de todo noviembre, algunas personas descubren el recóndito rincón y lo visitan, unos son vecinos que pasan a saludar, otros son curiosos, y sólo un grupito de los llamados “genuinos” traen su consulta legal.
Ha quedado en el aire una linda sensación de gratificación y ganas de que el Café -Consultorio Jurídico pueda volver de alguna otra forma y en algun otro lugar.
Edárpicas y Edárpicos, Argentinas y Argentinos, lo prometido es deuda. Aquí les mando una reseñita del Consultorio. Como siempre, acepto todo tipo de comentarios, y estoy abierta a las más inimaginables modificaciones.
En la cálida tarde de noviembre de un sábado o un domingo cualquiera, a través de la vidriera se aprecia una acogedora formación de mesitas con manteles de tela de pintorcito. Música cálida, y un cartel que invita a tomar un café y tener una charla amena con una desconocida.
Montecastro está taciturno, y el pasaje Río Colorado anhela tener más de tres peatones por hora. Desde el interior, cada vez que se escuchan pasos por la vereda nace una mezcla de emoción y nervios, esperando el ingreso de un consultante y la oportunidad de poder darle una mano. A lo largo de todo noviembre, algunas personas descubren el recóndito rincón y lo visitan, unos son vecinos que pasan a saludar, otros son curiosos, y sólo un grupito de los llamados “genuinos” traen su consulta legal.
Ha quedado en el aire una linda sensación de gratificación y ganas de que el Café -Consultorio Jurídico pueda volver de alguna otra forma y en algun otro lugar.