El espacio disponible es un local de 3.80 x 8 mts situado en Pasaje Rio Colorado 4489, entre el 2300 de Segurola y Sanabria. Cuenta con una pared divisoria móvil que permite transformarlo, de acuerdo a las necesidades, en otros dos posibles tamaños: Uno intermedio de 3.80 x 5.5 o uno mas chico, de 3.8 x 3 mts.
Incluye baño y cocina casi completa
Incluye baño y cocina casi completa
Si
te parás en la puerta, de espaldas al local tenés: a la izquierda y abajo al
fondo a Francisca y arriba a Nora, la dueña del local. Francisca es gallega. Te
va a ayudar en todo lo que necesites. Francisca vino de España muy joven y vive
en esa casa desde entonces. Tiene un hijo que vive a una cuadra y una nieta
adolescente. Es linda y coqueta. Va a yoga y a la peluquería.
Nora sale poco y nada. A veces cruza a charlar con Silvia y Alberto o a hacer algun mandado. A las 5 llega su nieta en el micro escolar y ella la cuida hasta las tipo 8 que viene el Tachero a buscarla. Sandra, la hija de Nora y el Tachero vivieron en el barrio toda la vida pero hace poco se mudaron a esos edificios nuevos con comoditis en el Partido de 3 de Febrero. Aunque todos saben que el garage de Nora esta lleno de petates, a la hora que llega el Tachero, hay que liberar el espacio si no querés que se pudra el rancho.
Los domingos el Tachero lava el taxi con mucho amor y dedicación y escucha temones de Metallica y Los Ramones a todo volumen.
Pegados a Nora y a Francisca están El Gitano y la Gitana. El Gitano en realidad no es gitano. Él es el oriundo del barrio pero desde que se casó con la Gitana algunos le dicen El Gitano. El Gitano trabaja arreglando y vendiendo autos y hasta fines de Noviembre tenia el boliche montado en el pasaje. Trabaja con Angelito que arregla lo que se le cruza y es, por lejos, uno de los favoritos. Se quedaban hasta tarde en la vereda y la Gitana les traía el te con galletitas a la tarde o el fernet con aceitunas a la nochecita. Era un drama estacionar pero con ellos al lado sentías que no te podía pasar nunca nada. Despues se les cagó el boliche y tuvieron que mudarse a un galpón a la vuelta sobre Sanabria. Se los extraña un montón. Al Gitano lo podés ver cuando vuelve a la noche a su casa, y te conformás con un saludo de lejos, pero a Angelito es mas difícil. Sino le podés mandar un mensajito.
La Gitana es definitivamente la diosa indiscutida de la cuadra. Destila elegancia las 24 horas y siempre, no importa a donde vaya, tiene clavado sus tacos blancos y su sombra celeste. Te saluda siempre muy amable pero te no te da toda la cavida de una. y vos te quedas re manija porque te morís por ser su amiga. La Gitana tiene una hija con un antiguo marido Gitano que se llama Antonella y que anda siempre con su amiga de aca para alla con un entusiasmo adolescente desmedido. De ellas te hacés íntima al minuto.
Siguiendo para la izquierda hacia Sanabria, y en la misma casa de los Gitanos pero separados por una pared improvisada, está la prima del No Gitano. Ya después se desdibujan los vecinos pero tenés a la que hace las aclamadas tortas de Francisco, la rotiseria de la vuelta, famosa por lo casero de sus productos y la pulcritud de sus procedimientos, una fábrica de no se qué, en la que a veces hay problemas gremiales y a cuyo dueño que vive en frente le aerosolearon una vez la casa y una pareja de jóvenes buena onda q de vez en cuando vienen a ver q hay de nuevo.
Si volvés al Local en la misma posición a la derecha tenés a Nora y a todos los amigos del teatro La Voltereta. Ellos nos regalan internet y son la principal fuente de publico del pasaje. Los sábados a la mañana y a la noche se junta mucha gente antes de las funciones y desde la esquina a veces te parece que estan en Edarpic y te ilusionás por la convocatoria. Pero no. Ellos están hace como 20 años y ya tienen su re clientela super estable. Durante la semana tienen muchos alumnos que entran y salen. Y si tenés suerte, alguno que otro entra al local.
En frente al teatro, en la esquina con Segurola, esta la inmobiliaria de Silvia y Alberto. Ellos también le alquilan su local a Nora y fueron los que la convencieron para que nos alquilara el nuestro. Alberto tendrá unos 50 y mantiene todo el año un tono bronceado que lo hace aún mas canchero. Anda con Silvia, su mano derecha, que es la que se encarga de hacer los contratos, atender el telefono, filtrar los llamados, publicar los avisos y ayudar a toda la tercera edad del barrio. Nora tiene una hija adolescente y por ende un matrimonio (o no) anterior. De la vida pasada de Alberto no se sabe nada. Solo que era fanático del tennis pero desde que se rompió los meniscos no puede jugar mas. Y que tuvo una vez, de joven, la posibilidad de irse a miami a romperla pero decidió quedarse a cuidar a su madre porque era el único hijo disponible y parece aún lamentarlo. Mantiene un conflicto latente con el Tachero porque de vez en cuando se pegan un par de gritos pero por el momento de eso no pasa y tampoco se habla.
Al lado de Silvia y Alberto esta Ida. Ida tiene 83 y perdió a su marido hace un año y medio. Se sabe que fue una gran cocinera pero ya no quiere saber más nada y compra comida hecha. Fanática de Racing, se pasó todos los domingos de su vida en la cancha. Ida te calienta agua para el mate, cruza a charlar con Francisca y entrecierra los ojos cuando te habla.
A la izquierda y justo en frente al local, esta la casita linda en vías de remodelación a fea. No se sabe quien va a vivir pero de vez en cuando para un auto negro que se detiene y la mira. Despues viene Selva. La reconocés por su exuberante cabellera roja fluo. Su mejor momento es cuando sale a la noche de su casa y pasa a contraluz por el foquito y entonces la melena se le prende fuego y le crece como minimo unos 15 cm. Es abogada y copada. Se conocen de chicas con Sandra, la hija de Nora, la mujer del Tachero. Tiene un hijo de unos 15 y no tiene marido.
Al lado de Selva esta la imponente planta baja de La Poderosa y el misterioso primer piso de Ojerita. Con Ojerita tenés que tener cuidado. Tiene el poder del grito. Después de las 10, si ve algo que se le parezca a la vida, sale a la calle a gritar como loca hasta que deja todo muerto de tanto grito pelado. Parece que vive en el pasaje hace 14 años pero la mayoria ni había notado su presencia. Sólo algunos vecinos aislados habían tenido episodios de gritos y la reconocían por su insipiente calvicie. Es como si hubiera en esa medianera un flujo hechizado de pelo que ante cada grito, un mechón de la cabeza desértica de Ojerita se teletransporta a la melena tropical de Selva.
Si seguís para la izquierda, tenes a la familia de los Vidrieros, que todavia les debemos 20 pesos y al Ph de los viejos, sin animo de ofender, que incluye al Gallego y a la Gallega. El Gallego fue carpintero y se da maña con todo. Maneja otros tiempos y si tiene oportunidad, te va a contar su vida desde que nació hasta ahora con un lujo de detalles admirable. Anduvo con problemas de salud y ahora que está mejor, se pegó un viajecito a Galicia que le devolvió el alma al cuerpo.
Del que no se sabe nada es del Hombre que No Habla. Pero lo vas a ver pasar por el local entre 4 y 8 veces por dia. Solo pasa, no dice nada, siempre tiene la misma cara.
Sobre Segurola, para la derecha y despues del Lubricentro del Chiquito, está Pablo, el mejor del barrio. Pablo tiene una papelera. Vende todo lo que es: artículos de embalaje descartables. Bandejitas, cajas, papeles film, bolsitas varias, separadores para frezzer, platos y vasos para cumpleaños, contenedores de masitas y un monton de cosas mas re lindas. Tiene el local hace menos de 3 meses. Antes distribuía los mismos productos a domicilio y trabajaba en la rotiseria de Francisco, su papa. El que es famoso por la pulcritud de sus procedimientos y vende las tortas que hace la vecina de la izquierda. En lo de Francisco todo brilla y no hay ningun objeto innecesario en ningun rincón. Su especialidad son las milanesas y los sanguches de fiambre. Desde que Pablo se abrió el local, lo reemplaza Sergio. Un chongo hecho y derecho que saca musculosa e ininterrumpidamente empanadas del horno. La mamá de Pablo se encarga de freir milanesas y preparar los rellenos. Francisco atiende al público y prepara los sanguches de fiambre. La Rotisería abre de 12:30 a 14 y de 20 a 22:30 hs. Solo 4 horitas diarias para abastecer a un barrio fanático de sus comidas sanas y ricas y al que no le importa invertir entre media y 45 minutos para esperar su pedido. Francisco se toma su tiempo. Corta con amor y dedicación cada feta de crudo. Es dulce y amable y nunca deja de mirarte a los ojos y preguntarte como estas.
Si seguís derecho tenés una panadería mala. La mejor esta sobre Sanabria para la derecha una cuadra. Tienen el mejor pan de pebete que vas a probar en la vida. No lo podés creer. Eso si, a eso de las 12 ya no queda ni uno. En la misma cuadra pero antes de cruzar está el restoran para citas románticas con pérgola y palmeras. Al medio dia parece que comes como un duque por 30 pesos. A la noche ya es más salado. Y sobre Segurola en la esquina con Santo Tomé esta Norkys, que te podés clavar una minuta decente por 12 o llevarte un sanguche de bondiola o alguna pasta.
A la ferretería de Fernando, el que está al lado de Silvia y Alberto parece que no hay que ir. Conviene la de Sanabria antes del restoran romántico o una cruzando Marcos Sastre sobre Segurola.
Sino ya te tenés que ir a Jonte. Ahí tenés de todo. Pero ese ya es otro mundo.
Nora sale poco y nada. A veces cruza a charlar con Silvia y Alberto o a hacer algun mandado. A las 5 llega su nieta en el micro escolar y ella la cuida hasta las tipo 8 que viene el Tachero a buscarla. Sandra, la hija de Nora y el Tachero vivieron en el barrio toda la vida pero hace poco se mudaron a esos edificios nuevos con comoditis en el Partido de 3 de Febrero. Aunque todos saben que el garage de Nora esta lleno de petates, a la hora que llega el Tachero, hay que liberar el espacio si no querés que se pudra el rancho.
Los domingos el Tachero lava el taxi con mucho amor y dedicación y escucha temones de Metallica y Los Ramones a todo volumen.
Pegados a Nora y a Francisca están El Gitano y la Gitana. El Gitano en realidad no es gitano. Él es el oriundo del barrio pero desde que se casó con la Gitana algunos le dicen El Gitano. El Gitano trabaja arreglando y vendiendo autos y hasta fines de Noviembre tenia el boliche montado en el pasaje. Trabaja con Angelito que arregla lo que se le cruza y es, por lejos, uno de los favoritos. Se quedaban hasta tarde en la vereda y la Gitana les traía el te con galletitas a la tarde o el fernet con aceitunas a la nochecita. Era un drama estacionar pero con ellos al lado sentías que no te podía pasar nunca nada. Despues se les cagó el boliche y tuvieron que mudarse a un galpón a la vuelta sobre Sanabria. Se los extraña un montón. Al Gitano lo podés ver cuando vuelve a la noche a su casa, y te conformás con un saludo de lejos, pero a Angelito es mas difícil. Sino le podés mandar un mensajito.
La Gitana es definitivamente la diosa indiscutida de la cuadra. Destila elegancia las 24 horas y siempre, no importa a donde vaya, tiene clavado sus tacos blancos y su sombra celeste. Te saluda siempre muy amable pero te no te da toda la cavida de una. y vos te quedas re manija porque te morís por ser su amiga. La Gitana tiene una hija con un antiguo marido Gitano que se llama Antonella y que anda siempre con su amiga de aca para alla con un entusiasmo adolescente desmedido. De ellas te hacés íntima al minuto.
Siguiendo para la izquierda hacia Sanabria, y en la misma casa de los Gitanos pero separados por una pared improvisada, está la prima del No Gitano. Ya después se desdibujan los vecinos pero tenés a la que hace las aclamadas tortas de Francisco, la rotiseria de la vuelta, famosa por lo casero de sus productos y la pulcritud de sus procedimientos, una fábrica de no se qué, en la que a veces hay problemas gremiales y a cuyo dueño que vive en frente le aerosolearon una vez la casa y una pareja de jóvenes buena onda q de vez en cuando vienen a ver q hay de nuevo.
Si volvés al Local en la misma posición a la derecha tenés a Nora y a todos los amigos del teatro La Voltereta. Ellos nos regalan internet y son la principal fuente de publico del pasaje. Los sábados a la mañana y a la noche se junta mucha gente antes de las funciones y desde la esquina a veces te parece que estan en Edarpic y te ilusionás por la convocatoria. Pero no. Ellos están hace como 20 años y ya tienen su re clientela super estable. Durante la semana tienen muchos alumnos que entran y salen. Y si tenés suerte, alguno que otro entra al local.
En frente al teatro, en la esquina con Segurola, esta la inmobiliaria de Silvia y Alberto. Ellos también le alquilan su local a Nora y fueron los que la convencieron para que nos alquilara el nuestro. Alberto tendrá unos 50 y mantiene todo el año un tono bronceado que lo hace aún mas canchero. Anda con Silvia, su mano derecha, que es la que se encarga de hacer los contratos, atender el telefono, filtrar los llamados, publicar los avisos y ayudar a toda la tercera edad del barrio. Nora tiene una hija adolescente y por ende un matrimonio (o no) anterior. De la vida pasada de Alberto no se sabe nada. Solo que era fanático del tennis pero desde que se rompió los meniscos no puede jugar mas. Y que tuvo una vez, de joven, la posibilidad de irse a miami a romperla pero decidió quedarse a cuidar a su madre porque era el único hijo disponible y parece aún lamentarlo. Mantiene un conflicto latente con el Tachero porque de vez en cuando se pegan un par de gritos pero por el momento de eso no pasa y tampoco se habla.
Al lado de Silvia y Alberto esta Ida. Ida tiene 83 y perdió a su marido hace un año y medio. Se sabe que fue una gran cocinera pero ya no quiere saber más nada y compra comida hecha. Fanática de Racing, se pasó todos los domingos de su vida en la cancha. Ida te calienta agua para el mate, cruza a charlar con Francisca y entrecierra los ojos cuando te habla.
A la izquierda y justo en frente al local, esta la casita linda en vías de remodelación a fea. No se sabe quien va a vivir pero de vez en cuando para un auto negro que se detiene y la mira. Despues viene Selva. La reconocés por su exuberante cabellera roja fluo. Su mejor momento es cuando sale a la noche de su casa y pasa a contraluz por el foquito y entonces la melena se le prende fuego y le crece como minimo unos 15 cm. Es abogada y copada. Se conocen de chicas con Sandra, la hija de Nora, la mujer del Tachero. Tiene un hijo de unos 15 y no tiene marido.
Al lado de Selva esta la imponente planta baja de La Poderosa y el misterioso primer piso de Ojerita. Con Ojerita tenés que tener cuidado. Tiene el poder del grito. Después de las 10, si ve algo que se le parezca a la vida, sale a la calle a gritar como loca hasta que deja todo muerto de tanto grito pelado. Parece que vive en el pasaje hace 14 años pero la mayoria ni había notado su presencia. Sólo algunos vecinos aislados habían tenido episodios de gritos y la reconocían por su insipiente calvicie. Es como si hubiera en esa medianera un flujo hechizado de pelo que ante cada grito, un mechón de la cabeza desértica de Ojerita se teletransporta a la melena tropical de Selva.
Si seguís para la izquierda, tenes a la familia de los Vidrieros, que todavia les debemos 20 pesos y al Ph de los viejos, sin animo de ofender, que incluye al Gallego y a la Gallega. El Gallego fue carpintero y se da maña con todo. Maneja otros tiempos y si tiene oportunidad, te va a contar su vida desde que nació hasta ahora con un lujo de detalles admirable. Anduvo con problemas de salud y ahora que está mejor, se pegó un viajecito a Galicia que le devolvió el alma al cuerpo.
Del que no se sabe nada es del Hombre que No Habla. Pero lo vas a ver pasar por el local entre 4 y 8 veces por dia. Solo pasa, no dice nada, siempre tiene la misma cara.
Sobre Segurola, para la derecha y despues del Lubricentro del Chiquito, está Pablo, el mejor del barrio. Pablo tiene una papelera. Vende todo lo que es: artículos de embalaje descartables. Bandejitas, cajas, papeles film, bolsitas varias, separadores para frezzer, platos y vasos para cumpleaños, contenedores de masitas y un monton de cosas mas re lindas. Tiene el local hace menos de 3 meses. Antes distribuía los mismos productos a domicilio y trabajaba en la rotiseria de Francisco, su papa. El que es famoso por la pulcritud de sus procedimientos y vende las tortas que hace la vecina de la izquierda. En lo de Francisco todo brilla y no hay ningun objeto innecesario en ningun rincón. Su especialidad son las milanesas y los sanguches de fiambre. Desde que Pablo se abrió el local, lo reemplaza Sergio. Un chongo hecho y derecho que saca musculosa e ininterrumpidamente empanadas del horno. La mamá de Pablo se encarga de freir milanesas y preparar los rellenos. Francisco atiende al público y prepara los sanguches de fiambre. La Rotisería abre de 12:30 a 14 y de 20 a 22:30 hs. Solo 4 horitas diarias para abastecer a un barrio fanático de sus comidas sanas y ricas y al que no le importa invertir entre media y 45 minutos para esperar su pedido. Francisco se toma su tiempo. Corta con amor y dedicación cada feta de crudo. Es dulce y amable y nunca deja de mirarte a los ojos y preguntarte como estas.
Si seguís derecho tenés una panadería mala. La mejor esta sobre Sanabria para la derecha una cuadra. Tienen el mejor pan de pebete que vas a probar en la vida. No lo podés creer. Eso si, a eso de las 12 ya no queda ni uno. En la misma cuadra pero antes de cruzar está el restoran para citas románticas con pérgola y palmeras. Al medio dia parece que comes como un duque por 30 pesos. A la noche ya es más salado. Y sobre Segurola en la esquina con Santo Tomé esta Norkys, que te podés clavar una minuta decente por 12 o llevarte un sanguche de bondiola o alguna pasta.
A la ferretería de Fernando, el que está al lado de Silvia y Alberto parece que no hay que ir. Conviene la de Sanabria antes del restoran romántico o una cruzando Marcos Sastre sobre Segurola.
Sino ya te tenés que ir a Jonte. Ahí tenés de todo. Pero ese ya es otro mundo.